Descubrí desde hace no muchos años una forma distinta de aprender ajedrez. En mis años de adolescencia aprendí asistiendo a clases teóricas pero nunca no comprendía en ese entonces la simbiosis entre el ajedrez y uno mismo. Con el pasar de los años descubrí el juego y creo que la mejor forma de aprenderlo es, en principio, aprender sobre nosotros mismos y sobre una forma de aprendizaje general. Recomiendo que estén atentos a los paralelismos que existen entre la vida y el ajedrez. Están ahí, esperando a ser descubiertos. A través de los días, semanas y meses, absorberás las lecciones que te presento y los principios van a volverse parte de tu intuición. Luego de que ocurra verás que el tablero se convertirá en un terreno donde podrás expresarte y liberar imaginación.
Antes de comenzar, haré un par de sugerencias. A medida que progresas, por favor, recordá: el crecimiento se produce cuando se llega al punto de resistencia. Gradualmente tu mente comenzará a amoldarse a las enseñanzas, por tanto, ¡no te frustres si olvidas algo! El camino hacia un mejor nivel de juego se basa en el crecimiento, en la constancia y no en la perfección.
Continua en Primera parte (1B)
Ajedrez Efectivo




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